El rescate de un zoque
El zoque es una capilla de tránsito, situada en el camino de Biescas a Santa Elena, junto al dolmen, que tenía como misión congregar a los fieles que desde la villa acudían a la ermita. Una pequeña construcción que quedó desvalijada y enterrada y que se recuperó gracias al empeño de los vecinos. El zoque se ubica sobre un doble yacimiento arqueológico como son los dólmenes y megalitos y los restos del despoblado medieval conocido como Santa Engracia.
La pequeña capilla sufrió algunos daños durante la Guerra Civil, pero fue décadas más tarde, cuando los trabajadores de la cantera próxima y los extractores de áridos arramblaron con sus piedras y dejaron sólo los cimientos.
La capilla responde al esquema clásico de los zoques de la comarca, es decir con base de 2,5 por 3 metros, abierta en este caso a mediodía, cubierta con bóveda de medio cañón y, a su vez, con un tejado de pizarra a cuatro aguas. Dentro, hay un hueco para una imagen y un limosnero y, aunque no es fácil datar la fecha de su construcción, todo apunta a los siglos XVII-XVIII.
La reconstrucción se llevó a cabo siguiendo las indicaciones de las personas que lo vieron en pie, intentando ser lo más fieles posibles al original, para lo que se ha tallado en altorrelieve una imagen de la santa titular, inspirada en una de Olorón, y se ha recuperado el limosnero original.
Gracias a la Asociación Cultural “Erata” esta maravilla sigue en pie, recordándonos nuestra historia.